Como recordaréis, hace unas semanas os hablaba del «asuntillo» del Safe Harbour y de los problemas que la gestión de la base de datos de email marketing nos podía generar con la Agencia de Protección de Datos y que hay que arreglar para el 29 de enero.
Pues bien, ya me he puesto manos a la obra y, por fin, está realizada la migración de proveedor.
Para ello, al final me he decantado por el servicio, en el que trabaja mi colega José Argudo, de Mail Relay que, además de cumplir con la legislación europea de protección de datos (los servidores están en España) y tener un servicio técnico muy profesional, te ofrece una interesante oferta de 6 meses gratis al migrar desde Mailchimp y la mejor cuenta gratuita.
Como os comenté, me había programado el cambio para hacerlo a finales de diciembre.
Iba a aprovechar el parón que suelo hacer en Navidad en las publicaciones del blog para hacer la migración
También había planificado una reestructuración completa del sitio web con el fin de favorecer la usabilidad (y la indexación, para que vamos a negarlo), y esto último si que ha supuesto una auténtica locura.
Se me ocurrió empezar por esto último, así que me puse a realizar cambios en los permalink, modificación del robots.txt, redireccionamientos 301, re-indexar en Google Webmaster tools, cambios en la estructura de temas, tags y páginas así como actualizaciones de algunos artículos.
En fin, como os he dicho una auténtica locura que me ha retrasado, y mucho, la migración.
Con esta experiencia previa me dispuse a meterme con el proceso de migración, y debo reconocer que emprendí este proceso con bastante estrés.
Piensa que ambos dashboards son distintos, que llevaba bastante tiempo con Mailchimp, y que temía que tanto la transferencia como la curva de aprendizaje del sistema de MailRelay fueran complejas.
Porque lo cierto es que no es lo mismo empezar a trastear con un servicio cuando apenas tienes unas pocas decenas de suscriptores que cuando tienes que hacer una migración con un buen número de suscriptores y no puedes parar el servicio ni arriesgarte a perder suscriptores por el camino (y más cuando ha estado parado durante las Navidades).
Sin embargo, el traspaso de Mailchimp a MailRelay ha sido bastante más rápido y sencillo de lo esperado y en apenas una hora ya estaba hecho.
Luego un rato más de pruebas para la reconfiguración del plugin de Sumome (con un nuevo procedimiento recién desarrollado por la gente de MailRelay) y 20 minutos adicionales para instalar y configurar el plugin para WordPress y modificar la web.
Y ya estaba listo para volver a trabajar.
Ahora toca tirar de los manuales de apoyo (que puedes ver aquí) y de la paciente y profesional gente del servicio técnico para terminar de afinar un poco la configuración y el diseño (lo siento José, pero vais a tener ampliar la plantilla durante un par de días). 😉
Así que si aún no has actualizado tu servicio de proveedor de email marketing te queda muy poco tiempo para ello. El tema acaba el 29 de enero (luego ya veremos que pasa).
Y si tienes alguna duda ni se te ocurra contactar conmigo 😉 . Llámales a ellos, que saben bastante más (incluso para la cuenta gratuita).
En mi caso, ya solo me queda notificar el cambio de proveedor a la Agencia de Protección de Datos, y me temo que esto va a ser otra odisea.
Nos vemos.
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Imagen de cabecera cortesía de Sean McEntee en Flickr (CC)
Hola David, gracias por tu artículo. Sí, ciertamente todos estamos un poco alarmados con lo del «Safe Harbour» y recientemente he asistido a una Jornada de Enpresa Digitala en la que expresamente se citaba como recomendación dejar «MailChimp» para cumplir con la legislación.
Yo también he investigado como opción MailRelay y otras opciones desarrolladas y alojadas en servidores nacionales o de la UE. Coincido en tus apreciaciones respecto a la bondad y funcionalidad de MailRelay. Le he visto una cierta complejidad respecto la modificación de los DNS para evitar las listas de spam que pueden retraer a algunos clientes no avanzados / usuarios finales, cosa que no ocurría con MailChimp.
Pero debo de corregir la información desde su base, ya que el viernes tuve la oportunidad de asistir a una jornada de la Agencia Vasca de Protección de Datos en la que la nueva Directora de la Agencia Vasca de Protección de Datos, ante una pregunta directa mía a través de Twitter y preguntada en directo por el Presidente de la Asociación Internet&Euskadi, sobre qué postura debíamos de adoptar ante plataformas en la nube como «Dropbox, GoogleDrive o Mailchimp» y la respuesta fue literalmente: «de momento no hacer nada, no existe ninguna denuncia ni intención de realizar sanción alguna a las empresas que usan dichos servicios y se están estudiando diferentes adaptaciones y acuerdos para no tener que llegar a ello».
Dado que la jornada no fue grabada, sí lo puedes encontrar en la conversación de Twitter de @vllona, @ieuskadi que realizamos con el hashtag #PremiosAVPD o consultando directamente a la AVPD que era la organizadora y estaban presentes en la respuesta.
En todo caso, su postura oficial la puedes leer en su web: https://www.agpd.es/portalwebAGPD/canalresponsable/transferencias_internacionales/AplicacionSentenciaSH-ides-idphp.php
y el resumen final dice «La Agencia, junto con las Autoridades europeas de protección de datos, apuesta por encontrar soluciones sostenibles para aplicar la sentencia del TJUE e insiste en el llamamiento realizado a las Instituciones de la UE, los Estados miembros y las empresas para encontrar un camino que permita el cumplimiento de la sentencia del Tribunal.»
Por lo tanto, aún es pronto para tomar decisiones que pueden suponer un sobrecoste de aquellos que tengan ya implantados algunos servicios y mi recomendación es esperar hasta que se aclare la normativa o se indique claramente los procedimientos a seguir (si vamos al mismo paso y velocidad que con la facturación electrónica o los certificados digitales, podemos esperar sentados).
Un saludo David.
Hola Venan, muchísimas gracias por tu aportación.
Lo cierto es que parece que los responsables andan legislando a golpe de «ocurrencia», primero creamos una norma, luego la cambiamos y, por último, vamos a ver como la cumplimos.
Así, cuando se ponen las normas, te esfuerzas por cumplirlas y cuando estas cómodamente instalado en la legalidad te encuentras transportado a un limbo legal.
Como bien dicen, la Agencia no prohíbe y no denuncia, pero también añaden la coletilla «de momento» y si no haces nada te pueden suspender la autorización de transferencia, con lo que si continúas sí que estarías ante un posible problema, o igual no. Ya solo sé que no se nada (como dirían Sócrates o Platón, porque parece que esto tampoco se sabe seguro).
Esta buscando vias, pero para las nuevas transferencias internacionales con EEUU, p.ej. con MailChimp, ahora no puedes invocar el Safe Harbour, lo que obliga a tener que firmar el «contrato de confidencialidad» con las entidades norteamericanas y además te indican que hay que traducirlo para que lo acepte la AEPD.
Y si finalmente se arregla, la traducción será tiempo y dinero tirado a la basura.
Otro tanto ocurre con la Ley de cookies española que tal y como está redactada es compleja de implementar, pero que si, al menos, informas lo dejan estar (otra cosa que tendrán que corregir).
Aunque para cuando lo hagan es probable que ya no se usen cookies y el concepto cloud haya evolucinado tanto que ya no permita ubicar la información en una máquina concreta y vuelvan a legislar con el pie cambiado.
En fin, como cantaba Ricky Martin «un pasito pa´alante María y un pasito pa´ atras».
Y sí, MailChimp es más amigable de interface, pero vamos a darles un poco de tiempo (y a incordiar otro poco) a la gente de MailRelay y a ver de qué son capaces.
Un saludo Venan y a ver cuando volvemos a coincidir.