Este artículo es muy personal. Acaban de decirme que ha fallecido un buen amigo y una gran persona, de esas que no abundan y que tanto necesitamos. Como buen guipuzcoano le encantaba el monte, como paisano de Elcano disfrutaba del mar. Curiosamente, nos ha dejado mientras caminaba por el monte Ermua frente al Cantábrico, en Gorliz.
Era un buen amigo y un mejor mentor. Disfrutaba ayudando a los demás y empleó buena parte de sus vacaciones en trabajar ayudando a otros. Nunca buscó reconocimiento y era uno de esos escasos y excepcionales segundos que saben sacrificarse para apoyar la labor de otros. Pero también era firme en sus creencias.
Así, anduvo por Rumanía ayudando a reconstruir un orfanato y una casa de acogida, por Albania ayudando a construir una pequeña iglesia, en un lugar perdido en la montaña a varias hora en mula, o por África y Sudamérica apoyando tareas de construcción o de atención médica. Siempre con una sonrisa en el rostro y siempre presto para ayudar y para compartir su fe con otros, pero también enérgico ante las injusticias sufridas por los demás.
Le quedaban seis meses para disfrutar de su jubilación con Alicia, y estaba haciendo planes para seguir ayudando y para disfrutar de su nieto y del que viene de camino, pero ya no va a poder ser. Sin embargo, su legado sí que sigue en todos los que le conocimos porque, a diferencia de otros, sus palabras acompañaban sus hechos. Ciertamente predicaba con el ejemplo.
Se llamaba Kepa (Pedro), y el verso de Machado le definía perfectamente porque él sí que era, en el buen sentido de la palabra, bueno.
P.S.
Acabo de volver de su funeral y ha vuelto a enseñarme algo importante, y es que no solo nos tenemos que ganar el respeto y la confianza, también nos tenemos que ganar, con amistad y cariño, las lágrimas de los amigos que nos despiden. Kepa se las ganó con creces y ahora está grabado, de forma indeleble, en nuestros corazones.
Lo triste es que después me he dado cuenta de que personas que me hayan impactado como él hay pocas y que, muy probablemente, derrame más lágrimas por mi gato que por algunos de los que conozco. Tendré que esforzarme por parecerme más a Kepa, no sea que conmigo pase lo mismo.
Foto por Ruy Sánchez en Flickr (CC)
Me gusta no lo que motiva tu artículo sino que hayas decidido honrar a tu amigo dedicándole estas palabras tan personales. Un abrazo.
Es doloroso el perder un gran amigo como describes, sin embargo, el legado es tan grande que permite mantener en vida los recuerdos, no sólo en usted, sino también en los que influya por su ejemplo.
Conocí a Kepa en el mismo contexto que tú, el articulo le hace justicia, él era de esas personas que le salen bien a Dios, al punto de que entiendo su impaciencia por llevárselo mucho antes de lo previsto. No se podía ser más consecuente ni mejor. De esos que se imprimen en el corazón de uno para siempre.
JCarlos Barona y familia.
No he podido evitar escribirle también unas palabras
http://juancarlosbarona.blogspot.com.es/2014/07/ikusi-arte-kepa.html
El problema no es ya tanto que uno no derrame sus lágrimas por alguien que fue parte de tu vida o no, el problema será cuando uno vuelva a ver a esa persona y se muestre como realmente es de verdad con ella (siempre bajo la fe del creyente se enfoca esto, ya se verá).
Bienaventurados los que han podido ir a su funeral y han sabido donde y a qué hora. Que su familia me perdone por mi ignorancia y mi más sentido pésame.
Muchas gracias a todos y muy hermosas palabras Carlos.
Por cierto, llegados a una cierta edad ya empiezas a ver demasiados difuntos tras un cristal con cara de cansancio y de haber vivido, quizá, demasiado, pero creo que Kepa es el primero que veo que seguía teniendo la sonrisa dibujada en el rostro.
P.D.
Os dejo un «post scriptum» en el artículo.
Mi propio padre murió este mes de marzo muy consumido físicamente. Hay vida antes de la muerte, es preciso vivirla y derramarla en las personas que nos importan. Ojalá pueda ver a Alicia a finales de mes para darle un abrazo muy sentido por ella y por él.
Hola David,
Soy Tommy ex- de la Iglesia de Tutulu ahora vivo en Madrid desde hace bastante tiempo como bien sabes, gracias por Tu pensamiento David coincido también con Carlos en el suyo.
A pesar de que han transcurrido unos dias de lo sucedido aun no lo quiero creer, pienso que volveré a Bilbao un día de estos y le volveré a ver como antaño pero la realidad se muestra cruel en mi vida nuevamente, hacia mucho tiempo que no me sentía así a pesar de que no teníamos ya ninguna relacion por la distancia la noticia de su muerte me ha encogido el alma, El siempre estuvo a mi lado en momentos muy difíciles en mi vida y supo estar sensible con mis problemas y los de mi Familia, nunca se escondió cuando le pedía algún consejo es mas siempre me ayudaba a buscar la mejor solución, si tendría que definirle solo con una palabra seria SIEMPRE.
Mando desde mi Corazon mi mas sentido pésame a su Familia a la que tratare de ver cuando vuelva por Bilbao y tambien para todos los que como yo tuvieron la oportunidad de conocerle.
Gracias por su Vida y por su Ejemplo.