¿Te preocupa alcanzar el éxito en tus proyectos? No tienes más que escribir «la clave del éxito» en el buscador y elegir uno de las más de 2 millones de resultados. Desde la revista Forbes a Jeff Bezos todos te dan las claves para triunfar, entonces ¿por qué fracasan más del 80% de los proyectos antes de los cinco años y solo el 10% sobrevive más de 10 años?

Hace unos años en un seminario sobre dirección de equipos el instructor nos comentó: «Aplicar lo que habéis aprendido no os garantizará el éxito pero os dará una oportunidad, sin embargo, no hacerlo os garantizará el desastre».

Y es que no existe la receta infalible para el éxito. Ya se trate de poner en marcha un Social Media Plan o una fábrica de naves espaciales, el éxito es algo huidizo y pretender tener la receta perfecta sería tanto como afirmar que se tiene un control absoluto sobre todas las variables que afectan tu negocio o que tienes una respuesta efectiva para cada problema que te puede surgir. Más bien existen unas actitudes y conocimientos que necesitas desarrollar para tener una oportunidad para lograrlo. En esa lista podríamos incluir:

  • Pasión por lo que haces.

Sin sentir una verdadera pasión por tu trabajo o proyecto es extraordinariamente difícil alcanzar un compromiso total por el mismo, por ello la pasión por tu proyecto es el primer ingrediente de esta lista de esenciales.

  • Conocimiento del tema.

Sobre este punto suele haber discrepancias. Algunos argumentan que no es preciso tener un conocimiento profundo del tema, siempre puedes encontrar técnicos especializados, mientras que otros piensan que es esencial.

Personalmente pienso que si bien es cierto que no hay que tener todas las respuestas al comienzo también es cierto que el emprendedor, o el equipo, debe tener un sólido conocimiento de las bases del proyecto que quiere acometer y en el debe profundizar día a día.

  • Habilidad para comunicar.

Otro aspecto esencial es la capacidad de comunicación. No basta con tener un proyecto sólido, hay que saber comunicar la solidez y los beneficios que aporta el proyecto, tanto de cara a posibles inversores como de cara a reclutar colaboradores y, por supuesto, para llevarlo al mercado.

  • Conocimiento de las personas.

Todo proyecto no es más que una serie de acuerdos entre personas. Por ello es esencial aprender a conocer a las personas que tienes delante, ya sean socios, colaboradores o clientes.

Conocer cómo piensan, sus necesidades, ilusiones o expectativas te ayudarán a poder adaptarte a ellas y ofrecerles aquello que realmente van a valorar y a discriminar entre las que están verdaderamente interesadas en tu proyecto y las que no.

  • Conocimiento de negocio.

Con esto no me refiero al objeto del negocio, de eso ya hablamos antes. Me refiero a la importancia de tener una buena base de los aspectos técnicos, financieros y legales que supone llevar adelante un negocio, y esto es algo en lo que solemos fallar mucho los emprendedores.

Estudios de mercado, marketing, financiación, gestión legal, etc. Una buena asesoría o consultoría te ayudarán en el día a día, pero las decisiones finales las tienes que tomar tú y es bueno que las tomes con un cierto conocimiento de causa.

  • Capacidad de trabajo en equipo.

«Si quieres ir rápido ve solo, si quieres ir lejos busca compañía» Pocas personas son como Leonardo da Vinci, y aún este tenía ayudantes. Busca personas que complementen tus capacidades y que suplan tus carencias. Un buen equipo, cohesionado y diverso será tu mejor baza para llevar adelante tu proyecto.

  • Capacidad para delegar.

Al hilo de lo anterior, la siguiente clave es la capacidad de delegar. Cierto que nadie va a hacer las cosas como tú, pero si quieres que tu proyecto avance aprende a dividirlo en tareas manejables, asígnalas a personas capaces (o fórmalas previamente), marca puntos de supervisión y confía en ellas.

  • Paciencia.

¿Conoces algún proyecto o negocio que dé beneficios desde el primer día? Alguno habrán, pero lo habitual es que necesites tiempo para conseguir tus objetivos, así que haz acopio de paciencia y haz tu trabajo lo mejor posible. Los resultados acabarán llegando.

  • Resiliencia.

La resiliencia a veces se confunde con la paciencia, pero esta es la capacidad de soportar los contratiempos y volver a la carga, y a lo largo de tu vida y la de tus proyectos la vas a tener que aplicar muchas veces.

Financiación que no llega, pedidos que se vuelven atrás, proveedores o colaboradores clave que te dejan… Situaciones que te hacen plantear si merece la pena seguir. La resiliencia es lo que te ayudará a volver a ponerte en marcha. Es una recomendación muy repetida pero sigue siendo válida: No importa cuántas veces caigas, importa cuántas te levantas.

  • Habilidad para encontrar y motivar al mejor equipo.

Un proyecto sólido requiere un equipo sólido. Por ello es importante saber determinar los perfiles idóneos para tu equipo y aprender a motivarles y a integrar sus proyectos personales con tu proyecto. Ellas son las que van a hacer posible que el proyecto se convierta en realidad, y es increíble la cantidad de proyectos que se van al traste por no saber elegir o tratar al equipo.

  • Capacidad para decidir.

Decidir suponer elegir una opción rechazando las demás, y esto es algo que suele suponer un fuerte estrés dado que siempre existe el riesgo de tomar una opción incorrecta. Ante ello es habitual posponer la decisión buscando más información, pero lo cierto es que nunca tendrás bastantes datos.

La situación perfecta raramente se da. En unos casos faltará tiempo, en otros datos, en otros criterio. Lo importante es aprender a obtener las mejores decisiones posibles con lo que tienes a mano y aprender a asumir que no eres infalible.

Analiza los resultados, si son buenos adelante y si no son positivos vuelve a evaluar la situación y toma nuevas decisiones. Recuerda que la peor decisión es no tomar ninguna decisión porque pase lo que pase siempre te arrepentirás.

  • Fe.

Junto con la pasión por tu proyecto, la fe es la única clave de esta lista que no se puede aprender. Todo lo demás se puede aprender y desarrollar o buscar a alguien que nos apoye, pero la fe es algo que debe nacer en tu interior.

La fe en tu proyecto es la base de todo lo demás. Pasión, paciencia, resiliencia, decisiones, etc., todo ello estará condicionado por la fe que tengas en tu proyecto y en tu equipo.

Un buen proyecto en el que no cree nadie no tiene ninguna opción para salir adelante y se parará a las primeras de cambio, pero si le pones fe incluso un mal proyecto tiene posibilidades.

Recuerda: sólo 2 de cada 10 empresas sobreviven más de cinco años. Cumplir con esta o con cualquier otra lista que encuentres no te va a garantizar alcanzar el éxito,  pero será la única forma en que tendrás una oportunidad para conseguirlo. Así que prepárate, levántate y lucha por tu sueño.

¿Qué otras claves piensas que faltan en la lista?

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Foto por Philo Nordlund en Flickr (CC)

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