Todos lo sabemos, la base del trabajo en marketing es la segmentación.
Segmentar a fin de ofrecer contenidos de interés específico para cada segmento. Contenidos que les aporten valor y respuestas a sus necesidades.
Con ello conseguimos tocar y movilizar sus intereses y atraerles con nuestros contenidos.
Y para generar esos contenidos nos pasamos horas y horas delante de la pantalla, investigando, escribiendo, puliendo, etc.
Por supuesto, para facilitarnos la tarea nos rodeamos de los mejores equipos que podamos comprar.
El proceso de la escritura
Así que me pongo a investigar cómo optimizar esta faceta del trabajo y la práctica totalidad de las fuentes te dan la misma recomendación: Escribir es un proceso que requiere, entre otras acciones, rutina y concentración (estoy preparando un artículo al respecto).
Rutina para crear el hábito y favorecer que las «pequeñas células grises», que diría Poirot, se acostumbren a crear.
Concentración para focalizar la atención, evitar distracciones y fomentar la organización de las ideas.
El problemilla estriba en que la pantalla del ordenador, o el smartphone, es una ventana abierta al mundo por la que te puedes evadir con mucha facilidad.
Sí, ya sé que lo podemos disfrazar de «investigación», «consulta de fuentes», «monitorización», etc. Pero hay otras formas de hacer esto. Así que no es excusa.
Lo cierto es que, tras evaluar las alternativas y realizar varias pruebas, he tomado una decisión radical.
La parte inicial del proceso creativo la he pasado a «formato analógico«.
En otras palabras: papel y pluma.
Las ventajas son muchas:
- El proceso de escritura manual implica activar otras partes del cerebro (tienes que dibujar las letras). Esto fomenta la creatividad.
- Al ser un poco más lento te hace ser más cuidadoso y da tiempo a meditar. Esto permite que la idea vaya tomando forma de una manera más «orgánica».
- Escribir manualmente te ayuda a concentrarte, te aísla del entorno.
- Te permite cambiar de ubicación y encontrar ese lugar ideal que te hace más productivo y creativo.
- Te facilita escribir, dibujar y crear diagramas sin necesidad de cambiar de «aplicación».
- Cuando te sientes delante del ordenador ya tienes claro lo que necesitas investigar y la estructura del contenido, por lo que el desarrollo es mucho más rápido.
Otras ventajas adicionales:
- Te ahorras la emisión de CO2 correspondiente al ordenador (la tuya personal se mantiene).
- Tu vista sufre menos.
- No hay límite en la duración de la «batería». En caso de necesidad siempre hay una papelería cerca.
- Tienes cobertura en cualquier lugar, sin depender de redes, wifi.
- Eso sí, si pierdes el cuaderno de notas las ideas no se guardarán en «la nube», sino en el «limbo».
El nuevo entorno de trabajo
Así que, como ya habrás adivinado, el de portada no es mi nuevo «equipamiento» para esta primera fase del proceso creativo, sino este otro.
De él es de donde están surgiendo las ideas que se ya se han plasmado en varios lugares y las que se desarrollarán en este blog.
Por cierto, la pluma Montblanc ha sido regalo de un buen amigo. ¡A ver si esa acción se vuelve viral 😉 !
Y tú, ¿cómo tienes diseñado tu entorno de trabajo?