Según las últimas estadísticas, existen más de 158 millones de blogs en el mundo, pero de ellos menos del 6% se actualiza una vez al mes y sólo alrededor del 1% se actualiza, al menos, una vez a la semana. El número de blogs que llega a ser realmente significativo es realmente muy pequeño. La cuestión es ¿cómo lograr formar parte de ese pequeño número de blogs elegidos? Me gustaría dar una respuesta a esta pregunta con un cuento.
Erase una vez un pequeño blog que vivía rodeado de otros blogs grandes e impresionantes que creaban, cada día, posts maravillosos y a los que, pensaba, no llegaba ni a la suela del zapato. Así que, un día, cansado de ello, decidió salir a buscar un sitio donde aprender cómo poder llegar a ser tan grande.
Como no sabía a dónde dirigirse, le preguntó a un viejo blog de marketing que había por allí y este le respondió: “Yo no conozco el camino, pero si vas hacia el norte encontrarás otro blog que creo que te podrá dar más información. Pero espera, toma”. Y le regaló una libreta y un lápiz para que pudiese apuntar las indicaciones y aquello que fuese viendo por el camino.
Partió feliz, y fue viendo paisajes que nunca había visto y fue anotando todo aquello en su libreta. Pero después de caminar durante muchos días sin encontrar a nadie, cansado y desilusionado, y mientras decidía si merecía la pena continuar, oyó una voz que decía socarrona: “¡vaya, vaya!, pero ¡si tenemos una visita!” Levantó los ojos y vio a un gran blog de moda de aspecto extraño, pero con cara de buena persona. “Hola, ¿dónde debo ir para hacerme grande como tú?” –le preguntó-. El blog se le quedó mirando un rato y, al final, le dijo: “Realmente, yo no conozco el camino, pero tras aquellas montañas encontrarás otro blog que seguro que te podrá dar más información. Pero espera, toma esta vieja brújula, te vendrá bien para que no te pierdas”.
Así que el pequeño blog volvió a emprender su camino con nuevos ánimos pero el viaje se volvía, cada vez, más y más complicado. Bosques cerrados y empinado senderos, en los que no se encontraba con nadie, conformaban, esta vez, la senda por la que andaba, pero la brújula le permitió seguir adelante sin errar el rumbo.
Después de un tiempo encontró a un viejo blog de redes sociales que estaba contestando a unos comentarios. “Buenas señor Blog, ¿podría decirme a dónde tengo que ir para ser grande?” “Humm, me temo que no tengo la repuesta a esa pregunta, es más, dudo que nadie la tenga” -le contestó-, “pero, si quieres, quédate unos días conmigo y me ayudas un poco”
Así que el pequeño blog, desorientado y triste, se quedo unos días mientras le veía contestar a cada comentario, e incluso le ayudó a escribir un poco, hasta que, finalmente, decidió volver a casa. Después de muchas peripecias, las cuales anotó cuidadosamente en su cuaderno, y guiado por la brújula, logró regresar, aunque arrastrando un sentimiento de fracaso en su interior.
Entonces, muchos se acercaron a ver qué tal le había ido y empezó a contarles todo lo que había visto y vivido. Se quedaron tan impresionados que volvían una y otra vez a que les contara nuevos detalles y le hacían muchos comentarios, los cuales agradecía de corazón.
Sin embargo, él seguía pensando en su fracaso hasta que un día notó que alguien le tiraba de los pantalones. Miró hacia abajo y vio a un pequeño blog que le preguntó “Señor, señor ¿dónde debo ir para hacerme tan grande como usted?”. Dudó un momento, pero luego, mientras le entregaba una pequeña mochila, señaló a aquél primer viejo blog de marketing y le dijo: “pregúntale a él, te dirá cual es el camino”.
De repente, se había dado cuenta de que durante todo aquel viaje había ido creciendo y no se había percatado de ello. Comprendió que no era un lugar lo que le podía hacer grande, sino que lo que te hace grande está dentro de ti y sale cuando andas tu camino con constancia, siguiendo tu ruta sin desviarte, escuchando y compartiendo con otros aquello de valor que aprendes y siendo agradecido.
Y tú, ¿aún estas buscando ese lugar?
Muy bonita historia 🙂
Inspiracion total para seguir con lo que uno se propone.
Gracias por compartirla, y dejar que podamos aprender de ella.
Hola Andrea, muchas gracias por tu comentario.
David, preciosa historia, y qué razón tienes, el mundo de los blogger, requiere mucha constancia, ganas, y hay muchos días, en que piensas que tu trabajo y horas invertidas en el blog, no obtienen recompensa, pero cuando alguien te deja un comentario, cuando alguien comparte tu contenido, e incluso cuando para alguien te mereces un premio, ese día compensa con creces, los malos momentos (o momentos de bajón)
Siempre habrá blog con más seguidores, con infinidad de comentarios, con tropecientos mil millones de visitas, pero lo que yo creo es, que si estas feliz con tu trabajo, si te apasiona lo que escribes, si tienes ganas de aprender, de equivocarte y rectificar, e ir marcando tu camino en función de eso, al final cada día tienes más recompensas, y los momentos buenos van superando a los malos.
Muy buen post, ingenioso, y realista, se agradece encontrar de vez en cuando, una buena lectura de la que sacar moraleja para aplicar en el día a día,
Saludos y feliz viernes
Muchas Gracias, Mª Carmen por tu comentario.
Como muy bien comentas, siempre habrá otros más «grandes» que uno mismo y ante los cuales parece que no tienes nada que aportar pero, verdaderamente, te sientes muy bien cuando te das cuenta de que no es así y de que tu también puedes servir de ayuda o inspiración a otros.
Saludos
Sí es cierto David. Bonito y animoso
Muchas gracias por tu comentario Belén.
Saludos
Señor, señor……
Gracias me ha enseñado mucho tu cuento
Hola Diana, muchas gracias por tus palabras.
Saludos.
Precioso post. Espero tener la ilusión suficiente para empezar algún día un blog. Gracias por este cuento. Saludos
Hola Eduard, gracias por el comentario.
Una vez leí un proverbio, creo que indú, que decía que para que el agua de una olla hierva solo hay que poner esta al fuego. Todo es cuestión de ponerse a escribir de lo que te gusta.
Saludos
Hola blog pequeño…
Nosotros, también pequeños, no sabemos muy bien como hacernos más grandes… pero lo cierto es que no nos preocupa demasiado. Preferimos tener pocos amigos pero buenos, fieles y cumplidores que muchos «amigos-contactos-seguidores» y que solamente nos visiten una vez en nuestra blog-vida… Al fin y al cabo para qué escribimos? Para nosotros, para ellos, para todos… para ordenarnos, para compartir, para que nos lean, para que nos visiten, para que nos den palmaditas en la espalda… Creemos que lo importante es saber quienes somos, porqué somos, para qué somos y hacia donde vamos, aunque esto último suele ser bastante difícil… los números vendrán después y su magnitud variará de unos a otros. Unos fracasarán a pesar de tener unos cientos de metros de altura… si sus pretensiones pasan por llegar al sol… otros, como nosotros, con unos pocos metros llegaremos a sentirnos los amos del mundo.. eso del color de no sé que cristal de no sé que mirada…
:-))
Hola pequeño Bakio.
He disfrutado leyendo tu comentario. Ciertamente hay tantos tipos de blogs como de personas (y empresas) y cada uno con su objetivo. Unos buscan «numeros» más que amigos y otros reconocimiento. Pero también creo, especialmente, en ese pequeño blog, en el que te expresas como individuo y/o profesional y en el que escribes por que te gusta y no por obligación y donde realmente evolucionas tú y los que te leen. Es como los espectaculares «concept car» creados sin las limitaciones de la producción y donde vuela la imaginación de los diseñadores.
Escribir sobre aquello que te gusta, hacerlo de la forma en que te gusta, escuchar a tus amigos y olvidardarte de los números, el dichoso SEO y cosas por el estilo. Con ello es seguro que acabas disfrutando tú y otros muchos contigo.
Si sabes disfrutar de lo que eres siempre acabarás tocando el cielo (aunque seas muy pequeño).
Un saludo
Me ha gustado mucho tu historia David y la estadística que has incluido me ha parecido impresionante y muy significativa. Gracias por tu aporte y también por tus comentarios en mi blog. Un abrazo