Lo cierto es que cuando empecé a escribir en este blog no tenía muy claro el sentido de lo que hacía. Sí, ya sé que, de alguna manera, formaba parte del máster y sí, ya sé que un blog es una herramienta excepcional para ayudar a mostrar, potenciar y posicionar tu marca personal y, que para alguien que se mueve en el mundo del Social Media y del Marketing Online tener un blog es tan esencial como para un médico tener el MIR, pero mi pregunta va más allá del mero utilitarismo de la acción, no es para qué, sino ¿por qué quieres escribir en un blog?
Puestos a pensar creo que es la misma diferencia que existe entre tener un trabajo o tener una profesión, y lo ves en muchas actividades. Hay personas que son instrumentistas y personas que son músicos. Cuando escuchas al primero te puede impresionar su dominio con una ejecución técnicamente perfecta, pero el segundo te hace estremecer aunque su ejecución no haya sido perfecta.
También me he encontrado con médicos y con doctores en medicina, afortunadamente más de los primeros que de los segundos. Para los primeros, la medicina es una vocación, y los pacientes personas a las que ayudar por medio de su pasión y conocimiento. Para los segundos, es un título que los faculta para atender enfermos y poder vivir bien.
En cualquiera de los casos, el resultado externo de sus acciones es muy similar: una pieza correctamente interpretada o un paciente recuperado, pero el beneficio obtenido por los intervinientes es muy diferente.
Unos disfrutan con lo que van a obtener (perfección, una casa en la playa, prestigio, etc.), mientras que los otros disfrutan con el proceso en sí y, sin querer, consiguen también impactar en los que les rodean con su pasión y amor por lo que hacen y por quién lo hacen (como emocionar a un auditoria tras un adagio o el agradecimiento de un paciente al marcharse).
Al final, lo que he visto es que los que tienen un trabajo acaban realizando su labor por la paga, mientras que los que tienen una profesión disfrutan intensamente de su trabajo y, además, les pagan por ello.
Por ello, me gustaría volver a plantearte mi pregunta inicial: ¿por qué quieres escribir en un blog? Por mi parte, espero haber encontrado mi respuesta.
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Foto por Zophonias en Flickr (CC)
La vida es demasiado corta como para desperdiciarla haciendo algo que no nos apasiona. Sé que es difícil, porque la sociedad en la que vivimos no fomenta precisamente el dejarse guiar por el talento y la aptitudes, pero resulta muy triste verse en el ocaso de la vida lamentando no haber disfrutado de ella. Muy buena reflexión. Un abrazo!
Muchas gracias Benjamín.
El miércoles pasado cumplí 52 «añitos», tiempo suficiente como para poder echar la vista atrás con una cierta perspectiva y, aunque asumo cada decisión tomada, lo cierto es que mi vida ha sido más como un diario (vivía lo que llegaba) que como una agenda (intentar trazar mi ruta) y creo que ya va siendo tiempo de ir, como se dice ahora, pivotando hacia una nueva versión de mi mismo. No tanto en como soy, sino en como enfrento la vida.
Un abrazo
Feliz cumpleaños, pues, y acertadísima decisión. Un abrazo!