Es cierto que hay una larga tradición de cuñados, primos, sobrinos y demás familia ocupando puestos para los que no estaban cualificados en lo más mínimo, incluso había un aforismo que nos recordaba que «quien no tiene padrinos no se bautiza». Sin embargo, cuidar y echar mano de nuestras redes de contactos nada tiene que ver con el «enchufismo» o nepotismo veamos por qué.
Aunque el hecho de que el 80% de las ofertas de trabajo no lleguen a hacerse públicas y se cubran por medio de candidaturas recogidas en redes de contactos pueda dar lugar a dudas sobre los criterios seguidos para la elección, si tenemos en cuenta las características de una buena gestión de tu red de contactos, vemos que este sistema de captación de candidaturas puede ser también muy profesional.
Los miembros de la red
En primer lugar, una buena red de contactos está basada en la profesionalidad y la sinergia. Los miembros de dicha red deben estar seleccionados en función de los beneficios mutuos que aporta dicha relación.
Estos beneficios pueden ir desde oportunidades de negocio a colaboraciones o consejos pasando por la ampliación de nuestras «bases de datos» de personas de interés.
Esto nos permite entrar en contacto con profesionales que, de otra forma, es probable que no conociéramos nunca y cuyos perfiles pueden ser ideales para cubrir alguna vacante o para establecer posibles alianzas o colaboraciones en un futuro.
La interacción de la red
En segundo lugar, una buena gestión de la red de contactos incluye una adecuada interacción con los miembros, lo que nos permitirá formarnos una imagen más cercana de su forma de ser, del «feeling» que nos transmite, de su forma de interactuar, etc.
Evidentemente, esto lo podemos corroborar con pruebas psicotécnicas pero, en cualquier caso, la valoración será mucho más completa.
La madurez de la red
El tercer aspecto en el que una buena red de contactos puede aportar mucho en un proceso de reclutamiento es el hecho de que nos permite tener un seguimiento previo de nuestros contactos, de sus trabajos, sus proyectos, la evolución de los mismos, etc.
Con ello podemos hacernos una idea más precisa de su evolución y de sus posibilidades, lo que implica que, en caso de tener una vacante de un perfil determinado dispones de una evaluación mucho más fiable que un mero currículo.
Concluyendo
Como hemos visto, recurrir a la red de contactos cuando se tiene una vacante a cubrir en una organización no solo es una actitud correcta sino que, en muchos casos, va a ser la mejor opción para tomar una decisión fundamentada, dado que a las pruebas puntuales que se puedan hacer se le añade la información obtenida durante el tiempo en que se ha desarrollado la relación.
Por la misma razón, formar parte de una buena red de contactos te puede abrir muchas puertas que, quizá por desconocimiento de tus posibilidades, te habrían quedado cerradas.
¿Qué experiencias has tenido con el reclutamiento a través de redes de contactos?
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