Muchas veces oigo estas preguntas: ¿cuándo debo empezar a preocuparme de mi marca personal? o ¿es para mí lo de la marca personal? La respuesta es sencilla, si estás vivo/a tienes una marca personal y si esa imagen que los demás tienen de ti puede influir en tu futuro personal o profesional, entonces ya deberías haberte ocupado de gestionar tu marca personal.

Hay un viejo refrán que resume perfectamente la importancia de tu marca personal: “Cría fama y échate a dormir” (aunque el precio de la fama sea no dormirte nunca en los laureles), y si esto era importante cuando las comunidades se limitaban a tu barrio o tu pueblo, imagínate ahora que tu “alcance potencial medio” en cualquier red social (limitándolo a amigos de tus amigos) puede rebasar las veinte o treinta mil personas y que cualquier reclutador, cliente o pareja potencial puede encontrarte con relativa sencillez, y sin recurrir a Método 3. Por ello, si quieres realizar una gestión básica de tu marca personal hay tres acciones muy sencillas y muy eficaces de debes realizar.

La primera es cuidar tus políticas de privacidad en las distintas redes sociales, indicando quien puede ver qué cosas de tus perfiles. Al fin y al cabo, una red social sirve para estar en contacto con tus amigos/as y no tiene por qué ser un escaparte público. Tus amigos son tuyos y tus comentarios, fotos y vídeos también. Así que selecciona con cuidado que haces público al mundo y qué reservas para tus amigos o círculos.

La segunda acción es escuchar que se dice de ti en las redes.  Comprueba donde se te menciona o en que fotos estás etiquetado y actúa en consecuencia. Para ello puedes usar los buscadores de las distintas redes sociales o activar alertas en Google.

La tercera acción es pensar antes de publicar. Hace algunos años leí la siguiente frase: “¡Cómo quieres que alguien te guarde un secreto si tú mismo lo has revelado!” Utiliza la prudencia cuando vayas a publicar algo y especialmente si  atañe a la reputación de alguien. Las redes sociales son una herramienta muy poderosa para compartir ideas pero, por la misma razón, pueden volverse armas muy peligrosas.

Por cierto, cuando escuches las redes, aprovecha para ver cuál es la imagen que los demás tienen de ti y haz los cambios necesarios en ti mismo y en tus acciones para que dicha imagen se vaya acercando a la que te gustaría tener. Pero, si los haces te recomiendo que los hagas de verdad. Los cambios hechos solo para gustar acaban viéndose a la legua.

Para la gestión de tu marca personal, ¿tienes alguna otra acción entre tus “básicas”?

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Foto por epSos.de, en Flickr (CC)

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