Es curioso que, como nos recordaba Bob Dylan en su canción, la primera ocupación registrada del ser humano en la Biblia fue la de poner nombre a los animales, y es que la cuestión de elegir un nombre adecuado para una marca o dominio es algo esencial que puede potenciar o destruir tu imagen.
De hecho, existe una profesión poco conocida, pero muy bien remunerada, que es la de «nominador» o «nombrador» y que son los profesionales del «Noming» o «Nominología» (y no intentéis buscar este palabro en el diccionario), y es que nadie duda del valor de un buen nombre.
Así que vamos a meternos en harina, aunque lo haremos al revés y hoy nos centraremos en los aspectos a considerar para la elección de un buen nombre de dominio, dejando el «naming» de las marcas para otro día.
Brevedad
Aquí, como en ningún otro sitio, menos es más. Piensa que tus visitantes tendrán que teclear tu dirección unas cuantas veces y cuanto más larga sea más difícil será de recordar y más fácil cometer errores. No es lo mismo (y con permiso del coyote y el correcaminos) «acme.com«, que por cierto existe, que «compañiadeinventosparacazarcorrecaminosmarcaacme.com«. Además, piensa en tus direcciones de correo.
Por otra parte, es preferible obviar guiones altos o bajos, caracteres especiales y números, salvo que formen parte de la marca, ya que pueden dar lugar a errores y que tus visitantes no te encuentren o que acaben en una web de la competencia, y no sé cuál de las dos opciones es peor.
Un máximo de 16 a 18 caracteres es lo que se recomienda.
Palabras clave
Procura usar palabras clave relativas a tu actividad o al objetivo del blog. Esto ayudará a mejorar el SEO de tu web y a que las personas que te encuentren en buscadores tengan una percepción clara de lo que pueden encontrar en tu web.
Ahora bien, si es posible, limítate a una sola palabra clave, aquella que mejor te identifique o que exprese tu actividad principal. Por ejemplo, si te dedicas a interiorismo tu dominio podría ser «grandesinterioristas.com» pero no sería recomendable «grandesinterioristasarquitectosaparejadoresygremios.com«.
Si realmente das todos esos servicios y los quieres potenciar todos sería preferible que, o bien encontraras una palabra que los aglutine o que cojas varios dominios, uno por palabra clave, apuntando a distintas landing pages, aunque después todas estuvieran interconectadas.
En cualquier caso, procura que la palabra o palabras clave elegidas sean las más buscadas o representativas de tu sector. En esto te pueden ayudar las herramientas de Google Adwords o la propia función de autocompletar del buscador.
Marca
Por supuesto, tu marca debe formar parte del nombre del dominio. Si no es así procura trabajar de tal manera que tu nombre de dominio se convierta en tu marca. En cualquier caso es esencial que el nombre te defina unívocamente a ti o a tu empresa en la mente de tu visitante.
TLD
Es el top level domain y es lo que va después del punto (puedes ver más sobre los TLD aquí). Es importante que los escojas bien, aunque siempre es preferible pasarse que quedarse corto.
Desde el popular «.com» a los nuevos TLDs propios de actividades (.bar, .tienda, etc.) pasando por los territoriales (.es, .eu, etc.). Ahora mismo tienes cientos de opciones, así que selecciona aquellos que pueden ayudar a tu SEO, al posicionamiento local, a mejorar el «sonido» de tu dominio, a facilitar, en suma, que tu público objetivo te recuerde.
Cuidado con las «palabras problema»
Si tienes intención de internacionalizar tu marca o tu web es importante que tengas en cuenta las posibles connotaciones del nombre de tu marca o dominio en otros idiomas o contextos culturales. Así, en cierta ocasión escuché que la CNN en castellano tiene (o tenía) una lista de alrededor de 200 palabras «prohibidas» dado que no significan lo mismo en todos los países de habla hispana: Son las famosas palabras problema. Por ejemplo, no es lo mismo comer «cabello de ángel» en España que en Argentina, para los primeros es un postre y para los segundos es una sopa de fideos.
Pero el mismo problema ocurre entre idiomas, son las llamadas «falsos amigos». Por ejemplo si tu escribes «ángel» un alemán pensará en una caña de pescar, si escribes «palco» un portugués pensará en el escenario, si escribes «éxito» un inglés buscará la «salida O» y si escribes «Gabón» un vasco entenderá «buenas noches» y se irá a dormir.
Uno de los ejemplos más ilustrativos de esto nos la dio la marca Mitsubishi. Sacó un modelo emblemático en el mercado del todo terreno que en el mercado hispanohablante y en USA se conoce como Mitsubishi Montero aunque su nombre original, y por el que se le conoce en el resto del mundo es otro y fue puesto en honor a un felino sudamericano: Mitsubishi Pajero (y no se admiten bromas sobre esto en los comentarios) ;-).
Creatividad
Como puedes imaginar con todo lo anterior, y teniendo en cuenta que a mediados del año pasado se registraban más de 70 nuevos dominios por segundo, encontrar un nombre ideal puede convertirse en una árdua tarea. Por ello es importante fomentar la creatividad y procurar incluir a todos los miembros del equipo en la búsqueda de ideas para el mismo.
Puedes utilizar brainstorming, analogías, los cinco por qué, etc., (puedes consultar más técnicas en Neuronilla.com). Muchas cabezas siempre obtienen mejor resultado.
Bueno, ahora ya te puedes enfrentar un poco mejor a la tarea de buscar un nombre para tu dominio, ¿nos cuentas los resultados?
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Imagen por Alan O’Rourke en Flickr (CC) – workcompass.com