Al hilo del artículo «Hacer una página web ¿Es fácil?» surge otra interesante pregunta: Entonces, ¿cómo se hace una página web?

Y es que si suele ser habitual que te cuestionen el precio no digamos nada cuando les dices que el proceso completo de creación de un sitio web llevará, mínimo, un mes (y eso para algo sencillo). Veamos por qué en este artículo.

Todos hemos visto publicidad en la que nos dicen que en apenas 10 minutos podemos hacer una página web, y es cierto. Sin embargo, cómo veíamos en el artículo al que me refería al principio, la cuestión no es solo hacer una página web, sino hacer una web eficaz y útil para tus objetivos o los objetivos de tu marca, y conseguirlo lleva todo un proceso y ese proceso comienza por…

Briefing

Todo proyecto de creación de una web comienza con el briefing que te suministra el cliente. En él deberían contemplarse, al margen de aspectos económicos, otros aspectos tales como:

  • Objetivos de la Web.
  • Misión, visión y valores de la marca.
  • Filosofía de la marca.
  • Historia.
  • Historial de actividades previas
  • Público objetivo.
  • Productos/servicios.
  • Estado del mercado.
  • Competencia.

Evidentemente, esto no se consigue solo con un breve informe del cliente. Este es el punto de partida y te da las pautas para el presupuesto que has de preparar, pero para poder hacer un trabajo profesional es importante pasar tiempo con el cliente para conocer en profundidad, entre otras cosas, las siguientes:

  • El ambiente que se respira en la empresa.
  • Los procesos y las particularidades de los mismos.
  • La relaciones entre departamentos, clientes, proveedores, etc.
  • Los problemas que enfrenta en su día a día.
  • Las relaciones con los competidores.

Hay que pensar que la página web es una delegación digital de la marca o empresa y debe responder fielmente a lo que el visitante se encontraría si visitase la sede física. Si falseamos esa imagen la gente se dará cuenta y el resultado final será mucho peor.

Así, el objetivo de esta primera parte del proceso de creación de una página web es asegurar que conocemos bien los conceptos esenciales y los objetivos fundamentales de la marca.

Cliente

Imagen por visualpun.ch en Flickr (CC)

Imagen por visualpun.ch en Flickr (CC)

Bien, ya conocemos un poco mejor a nuestro cliente, pero ¿qué pasa con el cliente de nuestro cliente? Porque, al fin y al cabo se trata de atraer a este con el sitio web que estamos haciendo.

Por ello es esencial trabajar con la marca para determinar con claridad las «Buyer Personas» que les interesan, y hay que hacerlo muy bien porque es en base a ellas que se crearán los contenidos y la estructura de la web e influirán en el diseño gráfico, las vías de promoción y las posibles aplicaciones que se pudieran crear.

Así aspectos tales como sus necesidades, las motivaciones de compra, su objeciones habituales, sus condicionantes, etc. deben ser tenidos en cuenta e integrados dentro del proyecto general.

Asimismo, hay que conocer como son las relaciones particulares con cada tipo de cliente, el histórico de consultas o quejas y las consecuencias de las distintas acciones que hasta la fecha se hayan llevado a cabo, tanto de forma offline como online, cuales son los procesos de compra de cada cliente tipo y, en general, cualquier información que arroje luz sobre las motivaciones, la forma de comportarse o las objeciones de cada uno de ellos.

Con todo ello podemos hacernos una idea lo más fiel posible de las personas tipo a las que debemos llegar y así lograr hacer una página web que atraiga tanto por el diseño de la misma como por sus contenidos.

Contenidos

Esto abrirá la puerta a la siguiente fase: ¿Qué tipo de contenidos debería incluir la web que queremos hacer?

Porque no hay nada más lastimoso que anunciar una web a bombo y platillo para luego mostrar un sitio prácticamente vacío y que solo se utiliza como panel publicitario.

Por ello, en esta fase del proceso de creación de la web se definirán y desarrollarán los contenidos básicos que incluirá la web y se establecerán las pautas para los nuevos contenidos que se deberán ir añadiendo a la misma.

Para esto nos guiaremos por los procesos de compra definidos anteriormente y el comportamiento del cliente a lo largo del embudo de conversión trabajando cuidadosamente el «copywriting» o textos publicitarios que promuevan y faciliten el proceso de compra por parte de tus visitantes.

También contestaremos tanto a las preguntas clásicas sobre información, ofertas, características, quien es quien, historial de la empresa, etc., como a las preguntas anticipativas que, sin tener relación directa con nuestra marca o producto, sí que puedan demostrar un posible interés inicial hacia ellos.

Igualmente, se establecerán los mecanismos de interactuación con los visitantes y posibles listas de preguntas habituales.

Con todo ello buscamos hacer una página web que sea útil e interesante para el público objetivo y que motive su regreso reiterado y su compromiso con la marca.

Estructura de la Información

Ya estamos listos para empezar a montar la web, pero antes de diseñar nada hemos de definir cuál va a ser la estructura que organizará toda esa información.

Carpetas, menús, subdominios, microsites, etc., a la hora de hacer una web todo esto debe estar pensado y diseñado de forma que la navegación sea sencilla y fluida, para que el visitante encuentre con facilidad lo que busca y sepa, en todo momento, dónde se encuentra y le sea sencillo volver allí si lo desea.

Lo ideal es una estructura lo más plana posible y que no sobrepase los 4 niveles de profundidad. Por ello es esencial crear el mapa del site y definir claramente las dependencias y enlaces.

Piensa que cada vez que un visitante se pierde o no encuentra «lo que vio ayer» es un paso que se aleja de ti en su intención de compra.

Bocetos

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Imagen por Mike Rohde en Flickr (CC)

Ya tenemos la visión global de lo que queremos, ahora hay que empezar a dotarle de presencia. Para ello comenzaremos por realizar una serie de bocetos que den forma a la estructura definida anteriormente.

Lo habitual es hacerlo en papel mostrando cómo se distribuirá el contenido, las imágenes, las cajas de texto, los menús, etc., aunque también hay herramientas informáticas que permiten hacerlo.

Dedícale atención, porque aunque parezcan cuatro trazos este boceto será la base sobre la que desarrolle todo lo demás y partir de una concepción o idea general poco trabajada puede llevar al traste todo el trabajo posterior.

Prototipado

Cuando ya tenemos claro el concepto general para el diseño de la página web, y está aprobado por el cliente, se pasa a la fase de prototipado, reconocible por la gran cantidad de cajas vacías y texto en latín que contiene.

En ella hacemos una composición del diseño visual de la web. El proceso avanzará desde simples imágenes, que nos muestran el aspecto de lo que será cada página de la web final, a páginas reales con las principales funciones operativas.

Es en esta fase cuando se desarrolla el diseño gráfico de la web que estamos haciendo junto con el cliente y se resuelven los primeros duelos entre diseñadores y desarrolladores (pero esta es otra historia que se complicará más tarde).

Aquí hay que tener especial cuidado porque no es infrecuente que los gustos particulares del cliente interfieran con el diseño y me gustaría explicarme.

Primero, si yo diseño mi casa lo hago para sentirme cómodo en ella y para que refleje mi personalidad particular. Soy yo quien va a vivir en ella y los demás solo vendrán de visita.

Pero cuando se trata de diseñar una web tenemos que conjugar dos personalidades diferentes:

  • La personalidad de la marca.
  • La personalidad del usuario o cliente final.

Porque si bien es cierto que mi sitio web es mi casa, y por lo tanto debe reflejar mi marca, también es cierto que quien la va a usar es mi cliente, y por lo tanto debe de ser muy cómoda y atractiva para él, por lo que también debo tenerle muy en cuenta.

Y segundo, se produce un problema adicional cuando se confunde personalidad de la marca con los gustos particulares del interlocutor o de la persona que paga el proyecto.

¿Solución? Paciencia y profesionalidad (no queda otra).

Diseño previo

Seguimos avanzando en nuestro proceso de diseño. Una vez que todo está correcto y que el cliente da su conformidad se pasa a la creación definitiva del sitio web completo, lo que incluye todas las imágenes, los textos y las funcionalidades definitivas.

Aquí la web toma ya su forma «definitiva», aunque aún surgirán algunos detalles que habrá que pulir y afinar con el diseño y contenidos.

También, si no se ha hecho antes en la fase de prototipado, es el momento de escoger el tipo de tecnología o gestor de contenidos que vamos a utilizar para la construcción del sitio web (Drupal, WordPress, Joomla, etc.) y el tipo de plantilla o framework (diseño propio, plantillas premium, Boostrap, etc.

Asimismo, habrá que resolver los problemas con aquellos elementos que no se han podido integrar o desarrollar hasta tener una versión definitiva de la web (y no suelen ser pocos).

Pruebas de usabilidad

La web ya está prácticamente terminada. Ahora falta algo que muchos obvian porque «nos ha quedado perfecta»: la prueba de usabilidad.

Como todas las partes han estado implicadas en el diseño todos conocen su lógica y saben dónde y por qué está todo donde está. La cuestión es si nuestro visitante tiene la misma opinión.

Para ello, lo ideal es seleccionar a personas que respondan a nuestras «buyer personas» o perfiles tipo y ponerlas delante de la web con el fin de que evalúen tanto la sensación que les transmite como lo adecuado de la estructura.

Con este fin deberemos hacer una batería de pruebas que pueden ir desde la prueba de los 5 segundos (dejarle ver la web solo 5 segundos y que nos diga de qué es la web) a solicitarles que realicen determinadas acciones o localicen determinada información en la web. Asimismo habrá que verificar el funcionamiento de TODOS los enlaces de la web.

Seguramente descubriremos que habrá cosas «evidentes» que no lo serán tanto, lugares donde el visitante no sepa que debe hacer a continuación y botones que se pasan por alto.

Ahora es momento de que, con los datos obtenidos, y repito que no es raro que encontremos alguna sorpresa, pasemos a la siguiente fase.

Ajustes y diseño final

Que no es otra que reajustar el diseño y eliminar los problemas que se han detectado. Puede que haya que recolocar algún botón, cambiar algún color o, incluso, eliminar ese «floripondio» tan bonito que nos gustaba a todos pero que, cual sirena mitológica, hacía que se perdieran nuestros internautas.

Por supuesto, antes de seguir hay que volver a la fase anterior para comprobar lo correcto de nuestras acciones.

Publicación

Y ahora sí, ahora ya podemos dar el pistoletazo de salida. El siguiente paso es coordinarse con el departamento de TI de nuestro cliente para proceder a la colocación de la nueva web creada en sus servidores o proveedores de Internet, hacer las correspondientes pruebas finales, obtener la aprobación del cliente y ponerla online.

Conclusión

Hasta aquí este post con el que espero que tengas un poco más claro cómo se hace una web

Hemos de ser conscientes que desarrollar una página web, un plan de social media o la gestión de redes sociales de una empresa suponen poner la imagen de una marca en Internet y poner la reputación de la marca en manos de unos pocos.

Por ello, hacerlo mal o hacerlo sin una estrategia pondrá en riesgo todo lo que se haya podido hacer bien con anterioridad y las consecuencias pueden ser desastrosas. Por eso, en estos aspectos, las prisas y la falta de profesionalidad son cuestiones que no te puedes permitir porque van a provocar pérdidas de ventas y de clientes potenciales a unos niveles muy por encima de los ahorros de coste conseguidos.

Así que si estás pensando en hacer una web nueva o en renovar la actual sigue estos pasos a rajatabla o búscate un buen profesional (y verifica que los siga).

Piensa que una web de empresa es un puente que une los intereses de marcas y clientes, si se hace mal se caerá y con ella tu reputación.

 

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Nos vemos.

 

Imagen por Frits Ahlefeldt-Laurvig  en Flickr (CC)

 

 

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